domingo, 18 de septiembre de 2011
RELEVANCIA DE LOS LENGUAJES VERBAL Y NO VERBAL. APUNTES
NOTA: Éste es el comentario sobre el tema que subió como entrada el profesor en su blog, lo subo como entrada porque es mucha información y no se puede publicar como comentario.
Al detenerse a pensar cómo se origina en el hombre el lenguaje, conviene hacer un viaje de regreso a la etapa del pensamiento abstracto en los primeros balbuceos, de la contemplación infinita al conocimiento sensorial, de cuyas necesidades comunicativas pudo haber surgido la lengua. O tal vez, a cuando el hombre entiende que es capaz de tener funciones intelectuales y descubre la existencia de su propio mundo interior, ello bien pudo ser la razón para que éste decidiera hacer uso de la palabra... esa palabra que le permitiría tener un reflejo de su realidad.
Quizás el contacto lingüístico y sus diversos usos entre los diferentes miembros de las comunidades del habla, se hubo constituido en una diversidad lingüística, claro está, que tuvieron que existir "filtros" culturales y por lo tanto un "mercado" de intercambios, en el que se aceptaran por convención algunos términos o se relegaran aquellos considerados como ilegítimos, creándose entonces un sistema de identidad por medio del lenguaje.
Parece ser que el mundo adquiere, entonces, un sentido en los labios del hombre, un sentido perecedero. Su transmisión por medio de la tradición oral al llegar a las generaciones posteriores, ya está inevitablemente modificada por esa necesidad individual de participar en la creación de imágenes y símbolos propios del impulso del hombre por hacer perdurables a la naturaleza y a los hechos de la cultura.
La palabra escrita no sólo contribuiría a fijar la claridad de las ideas, sino serviría para la organización de una sociedad superior. El hombre aprovecharía la experiencia de las generaciones antecedentes, analizando el contenido del pensamiento escrito. Podría, también, superar la fuerza de las ideas, utilizándolas en el desenvolvimiento de su mundo espiritual como un reflejo del mundo material.
Al detenerse a pensar cómo se origina en el hombre el lenguaje, conviene hacer un viaje de regreso a la etapa del pensamiento abstracto en los primeros balbuceos, de la contemplación infinita al conocimiento sensorial, de cuyas necesidades comunicativas pudo haber surgido la lengua. O tal vez, a cuando el hombre entiende que es capaz de tener funciones intelectuales y descubre la existencia de su propio mundo interior, ello bien pudo ser la razón para que éste decidiera hacer uso de la palabra... esa palabra que le permitiría tener un reflejo de su realidad.
Quizás el contacto lingüístico y sus diversos usos entre los diferentes miembros de las comunidades del habla, se hubo constituido en una diversidad lingüística, claro está, que tuvieron que existir "filtros" culturales y por lo tanto un "mercado" de intercambios, en el que se aceptaran por convención algunos términos o se relegaran aquellos considerados como ilegítimos, creándose entonces un sistema de identidad por medio del lenguaje.
Parece ser que el mundo adquiere, entonces, un sentido en los labios del hombre, un sentido perecedero. Su transmisión por medio de la tradición oral al llegar a las generaciones posteriores, ya está inevitablemente modificada por esa necesidad individual de participar en la creación de imágenes y símbolos propios del impulso del hombre por hacer perdurables a la naturaleza y a los hechos de la cultura.
La palabra escrita no sólo contribuiría a fijar la claridad de las ideas, sino serviría para la organización de una sociedad superior. El hombre aprovecharía la experiencia de las generaciones antecedentes, analizando el contenido del pensamiento escrito. Podría, también, superar la fuerza de las ideas, utilizándolas en el desenvolvimiento de su mundo espiritual como un reflejo del mundo material.
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